Durante una competencia fuera de la ciudad, un argentino le ofreció dinero por su piel. Le dijo que cuando falleciera, él pagaría por conservarla.
La propuesta la cuenta Juan García Ojeda, con naturalidad y en el tono pausado de un abuelo. Nació en el 44 y la calma que no tiene en casi ningún espacio de su cuerpo, la tiene en su voz.
Yo lo ví amable en el centro, en la zona peatonal y le pregunté de su tatuaje en el cuello. De color verde intenso, casi el más reciente, después sabría. Me relato el insoportable dolor al hacerse ese, y luego me contó porqué se hizo otro con la cara de Tin Tan, y me platicó del de la Tongolele, y luego de uno de Chuky el muñeco diabólico y de los consursos y del inicio de su afición, apenas 7 años atrás.
Nacio en San Francico del Rincón. Es uno de los braceros del 64, cuando Estados Unidos dejó pasar a mexicanos para trabajar en el campo, y después el gobierno mexicano les chingo sus ahorros.
En la foto de su credecial de "Alien Laborer´s indentification card" se ve su rostro a los 20, sin nada en el cuello más que la manzana de adán saltada como cuando los nervios quieren manifestarse de alguna forma.
Juan García me dijo que le gustaba tatuarse. Estuve en la sala de su casa y mientra le tomaba algunas fotos para un reportaje, los técnicos del cable que llegaron a instalarlo no podían dejar de verlo.
No sé que pensaban. A mi me dio por pensar en lo extraño que resulta el que se atreve a hacer lo que quiere.