jueves, 19 de marzo de 2009

DE CUANDO CONOCÍ A DON JAIME


Cada mes, cuándo estaba en la secundaria, un grupo de alumnos éramos seleccionados para la encomiable labor de limpiar la biblioteca, que casi nadie visitaba en la técnica 39, pero que tenía que lucir limpia para las revisiones del inspector de zona.


Este grupo era seleccionado de entre los más temibles alumnos. Jóvenes con déficit de atención, pubertos violentos y todo aquel rompiera la reglas de aquella institución pública encabezada por la gigantesca maestra Olga.


Yo no era ningún rebelde y mis calificaciones no eran malas. Mi caso era distinto. Yo pertenecía a aquel grupo mes con mes porque osaba a portar el pelo largo. Una confrontación directa en una sociedad que nos coloca (a los greñudos) en la categoría de delincuente, traficante, inadaptado, sociópata, drogadicto, mugroso, paria, y un sin fin de calificativos que se acrecentan de forma proporcional al largo de la "mata".


Con una invitación del prefecto (guapo de barrio del que no recuerdo su nombre pero sí su cabellera) y de la coordinadora (de la cual si recuerdo su nombre, Yolanda, y también su aliento alcóholico casi a diario) pasabamos horas en aquel lugar olvidado a fuerza de darle prioridad a los talleres de electricidad, refrigeración, corte y confección y demás espacios que producirían en sus aulas a "los jóvenes, que orgullecen a nuestro país"... y de paso se convertirían a la postre en mano de obra calificada y a un costo accesible que "acrecenta nuestra capacidad de atraer inversión".

Limpiabamos la bancas de los actos vandálicos, barriabamos, ordenabamos libros de una biblioteca sin pies ni cabeza, corríamos adentro aventándonos agua y uno que otro tenía sus primeros acercamientos al solvente con el que despintábamos el recado obseno del "guero para el nene".


En uno de eso días, un libro en el que en la portada aparecía un hombre flaco fumando que parecía que casi iba a desaparecer con la última calada, recargado en la pared en una impresión duotono y con un perro que se apreciaba vigilante y que era la réplica canina del hombre, se me apareció.


Era impreso por Telmex y en sus primera líneas, escritas por otro que después llegaría a mi vida (Monsivaís) alababan a un hombre que cual rockstar convocó a mucho jóvenes en Bellas Artes a escuchar poesía.

Después, lo innevitable: "ese lugar secreto que los dos conocemos, fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro". Y de esa forma la poesía sensual del chiapaneco me tomó y no pude jamás dejar de leerlo cuándo busco la dulcura de las palabras honestas.




+Ya ha pasado el 19 de marzo, pero gran pretexto para subir esto:



A estas horas, aquí


Habría que bailar ese danzón que tocan en el cabaret de abajo,
dejar mi cuarto encerrado y bajar a bailar entre borrachos.
Uno es un tonto en una cama acostado,
sin mujer, aburrido, pensando,sólo pensando.
No tengo "hambre de amor", pero no quiero
pasar todas las noches embrocado mirándome los brazos,o,
apagada la luz, trazando líneas con la luz del cigarro.
Leer, o recordar,o sentirme tufo de literato,
o esperar algo.
Habría que bajar a una calle desierta y con las manos en la bolsas,
despacio, caminar con mis pies e irles diciendo:
uno, dos, tres, cuatro...
Este cielo de México es obscuro,
lleno de gatos,con estrellas miedosas y con el aire apretado.
(Anoche, sin embargo, había llovidoy era fresco, amoroso, delgado.)
Hoy habría que pasármela llorando en una acera húmeda,
al pie de un árbol, o esperar un tranvía escandaloso para gritar con fuerzas,
bien alto.
Si yo tuviera un perro podría acariciarlo.
Si yo tuviera un hijo le enseñaría mi retratoo
le diría un cuentoque no dijera nada, pero que fuera largo.
Yo ya no quiero, no, yo ya no quiero seguir todas las noches
vigilando cuándo voy a dormirme, cuándo.
Yo lo que quiero es que pase algo,
que me muera de veras o que de veras esté fastidiado,
o cuando menos que se caiga el techo de mi casa un rato.
La jaula que me cuente sus amores con el canario.
La pobre luna, a la que todavía le cantan los gitanos,
y la dulce luna de mi armario, que me digan algo,
que me hablen en metáforas, como dicen que hablan,
este vino es amargo,
bajo la lengua tengo un escarabajo.
¡Qué bueno que se quedará mi cuarto toda la noche solo,
hecho un tonto, mirando!
Jaime Sabines


viernes, 6 de marzo de 2009

COLECCIONISTA DE HISTORIAS

Ayer escuchaba un cometario en youtube de Juan Pablo Meneses http://juanpablomeneses.wordpress.com/, gran periodista chileno, sobre la clásicas quejas de los que trabajamos en el periodismo desde una redacción. Que si el editor le corta indiscriminadamente a la notas, que si dan muy poco espacio, etc, y decía "-Una buena historia siempre va a ganar su espacio-". Además de que comentaba que estos pretextos en este momento resultaban absurdos porque "en internet hay un espacio infinito". Así que aprovechando la infinitez de la Línea Ágata, dejo este trabajo alusivo a una gran mujer leonesa cuya historia me pareció cautivadora.
***

CUQUITA, LA MUJER QUE QUERÍA ESCRIBIR
LíneaÁgata.- Luis Miguel López
Si el tiempo pudiera volver, Cuquita sin dudarlo sería reportera. Contesta sin titubeo y con tono de obviedad “-¡claaaro!-“, al preguntarle si se dedicaría al periodismo si los años le pudieran regresar al cuerpo.
Siempre soñó con ir tras la nota, con reportear, con estar en primera fila de los hechos que ocurren en León, con escribir la historia de la ciudad que ama. Sostiene la edición de un diario local fechado el martes 10 de septiembre de 1990 en el que la cabeza de la nota grita: “Contraataca psicópata del ácido” y María Refugio Gutiérrez “Cuquita”, hace una recopilación mental de los hechos, mientras de una carpeta color paja muestra el seguimiento por años de este acontecimiento ocurrido en la ciudad que bien podría ser el guión de una película de terror.
“Aquí tengo toda la historia, del loco del ácido, esos sí está fuerte y aquí tengo todo, desde que empezó, aquí otra vez volvió a atacar, acá dice que lo querían dejar libre (…) y así colecciono los casos más interesantes como este, hay muchos, nada más me falta lo de esta última vez del día del carnaval”, dice y va señalando los recortes de los diarios pegados meticulosamente en una hoja blanca, como hacen en las oficinas de gobierno las síntesis informativas.
Sabe de memoria en dónde está cada tema en su hemeroteca privada. Narcotráfico, nota roja, notas sobre los presidentes, sobre desastres naturales, incendios, personajes de la ciudad, el club León… Desde los trece años, esta leonesa recorta, almacena, ordena y colecciona la historia de la ciudad que ha sido relatada por distintos periódicos locales.
En el 306 de la calle Tabasco, en una habitación de 3 por 3, habita un valioso compendió histórico de la ciudad recolectado durante casi seis décadas a fuerza de la constancia de Cuquita, y del olfato periodístico nato de esta mujer.
Una maquina de escribir Olivetti al centro de la habitación le recuerdan la verdadera profesión de Cuquita, la de mecanógrafa, que inspirada por Jacqueline Kennedy, por ahí de los 50´s, se puso a soñar en hacer periodismo.
“A mi siempre me ha gustado todo estos, ¿sabe quien era mi ídolo en esa tiempo, la esposa de Kennedy, Jacqueline, ella andaba con la cámara por donde quiera y se metía a reportear, y me llamaba mucho la atención ella, decía yo, cómo es posible que ande de aquí para allá”, cuenta Cuquita antes de auto interrumpirse para remembrar la portada de una edición original del periódico en el que se anunciaba la trágica muerte de Blanca Estela Pavón, "La Chorreada".
Con 65 años, el deseo de esta mujer por hacer compendios de noticias relevantes de la ciudad está intacto. Todos los días por la tarde lee los periódicos locales de las 5 de la tarde a las 10 de la noche. Clasifica lo relevante y lo archiva con una metodología que ya tiene muy practicada. Su “colección de historias verídicas” ha sido fuente consultada por estudiantes de distintas escuelas de la ciudad, a la que Cuquita les da acceso con una sola condición: que en sus tareas se saquen 10.Varios personajes han firmado los compendios informativos que Cuquita ha hecho. Para ella en León hay muchos personajes ilustres muertos, pero muchos más vivos por lo que es imprescindible hacerles un homenaje.
“Hay personajes en León que han hecho mucho por la ciudad, lo han sacado adelante, lo han dado a conocer, y yo creo que esos personajes también los deben de sacar, cuando les pregunten algo de León, digan: sí hay personajes vivos y muertos, pero vivos hay estos y son importantes”, explica Cuquita.
En varias ocasiones ha sido tachada de “loca” al intentar obtener el autógrafo de alguna personalidad de la política, del deporte o de la vida social de la ciudad en las carpetas en donde pega notas relacionadas con ellos. Bien podría ser una fuente clave para quien desee hacer la biografía de ilustres personajes de la ciudad como “El Cinco Copas”, Antonio Carvajal por ejemplo.
Los bomberos y paramédicos, en Cuquita tienen una admiradora. Con respeto colecciona las notas de las intervenciones de rescatistas y paramédicos en accidentes, profesión a la que se dedicaron 2 de sus hijos y a la que ella admira profundamente.
De cara a las elecciones, María Refugio Gutiérrez ya prepara la colección de noticias relacionadas con los dos candidatos del PAN, Ricardo Sheffield y Miguel Salim y de la contendiente priísta Bárbara Botello.Un enorme fólder ya contienen los rostros de estos dos panistas que varios medios han impreso y algunos más de Botello.
No es partidaria de nadie, aclara, pero "debe" documentar las próximas elecciones como lo ha hechos desde al menos 6 administraciones atrás.
"Ya tengo el de Salim, el de Sheffield, y de Botello (Bárbara) pero yo ya hasta el día 22 de este mes (marzo) es cuando ya se los voy a llevar a cada quien, ahora sí, aquí está ya, porque no se sabe quien de los dos vaya a quedar" dice en referencia a la contienda interna del blanquiazul.Su sección de narcotráfico, paradójicamente pese a lo que se vive en el país, se ha quedado estancada. A Cuquita ya no le sorprenden estos hechos y bajo la primicia de que "la repetición del acto merma la capacidad de asombro", en su "línea" editorial, el narco ya no es nota.
"Diario 5, 6, 7 muertos, ejecutados, balaceados, no, ahorita eso ya no, ¿cómo lo ordeno?, me voy con las de la Familia, con la de los Zetas, no pues nunca acabo... y es que cada que hay elecciones es lo mismo, no eso ya no", aguda deja el cometario esta mujer que busca a diario la forma de hacer que su sueño de juventud se mantenga vivo como ella.